Una mirada a lo mental desde la óptica de la habitación china de John Searle
- Jhon Alex Bautista Álvarez
- 15 ene 2023
- 3 Min. de lectura
A continuación, seguiremos hablando de lo mental y lo computacional, pero en esta ocasión se hará referencia a las diferencias entre los procesos sintácticos presentes en el ámbito tecnológico y los procesos semánticos presentes en la mente, desde la perspectiva de la habitación china. En este sentido, se hizo alusión a una semejanza entre lo mental y lo tecnológico, lo cual es poco probable, dado que de un proceso sintáctico no surge un proceso semántico; es decir, la sintaxis se limita a producir una serie de procesos predeterminados, mientras que la semántica permite llevar a cabo procesos de manera consciente. Esto no quiere decir que en un proceso semántico no se dé un proceso sintáctico, ya que en nuestra mente también ocurren procesos formales, tales como los procesos lógicos. Para ilustrar mejor lo referido, surge el ejemplo de la habitación china que profundiza en la diferencia entre lo mental y lo computacional. Precisamente, el autor refiere un caso imaginario en donde un grupo de especialistas en el ámbito computacional crean un programa capaz de simular un conocimiento de la lengua china, pero a pesar de que dicho programa logra traducir chino con la misma fluidez de un nativo, este, no comprende ni interioriza el respectivo idioma. En este sentido habrá que preguntase si el computador en verdad entiende chino o solo es una reproducción formal de unos signos, pero sin una asimilación del determinado idioma. Efectivamente, el autor se inclina por la segunda opción, ya que el computador lleva a cabo procesos formales en virtud de su sintaxis y no de su semántica. Ahora bien, desde este punto de vista, una persona puede traducir chino, sin siquiera saber nada sobre este idioma, y no por eso esa persona entiende, ni mucho menos interioriza el determinado idioma, dado que lo que está haciendo es una traducción de manera formal, tal como la efectúa una computadora. La razón de que suceda esto se puede exponer de una manera muy sencilla, dado que según Searle
si usted no entiende chino, entonces ningún otro computador podría entender chino puesto que ningún computador digital, en virtud solamente de pasar un programa, tiene nada que usted no tenga. Todo lo que el computador tiene, como usted tiene también, es un programa formal para manipular símbolos chinos no interpretados (Searle, J. 1984, p. 38).
Mas aún, John Searle ilustra este ejemplo desde la experiencia de un hombre que entra en una habitación llena de símbolos en chino, pero él solo habla español; el detalle es que en esa habitación hay un manual de instrucciones que le indican la manera en la cual se pueden manipular dichos signos, pero él en sí no entiende nada, sino que se limita a realizar la traducción de manera formal. Por lo tanto, se puede añadir que el objetivo de la parábola de la habitación china era ayudarnos a entender que “comprender un lenguaje, o ciertamente, tener estados mentales, incluye algo más que tener un puñado de símbolos formales. Incluye tener una interpretación o un significado agregado a esos símbolos. Y un computador digital, tal como se ha definido, no puede tener más que símbolos formales” (Ibíd. 39). De ahí que, la sintaxis no basta para producir procesos semánticos. En general, los computadores o la tecnología llevan a cabo procesos sintácticos que no son suficientes para llegar a un proceso semántico, por consiguiente, la sintaxis propia del campo computacional es diferente de la semántica.
Bibliografía:
• Searle, J. “¿pueden los computadores pensar?” en: Mentes, Cerebros y Ciencia. Traducción de Luis Valdés, Ediciones Cátedra, S. A., Madrid España, 1984.
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