top of page

Lo semántico y lo sintáctico en el ámbito de la tecnología y lo mental

Tal como se había mencionado, al final de la anterior columna de opinión acerca de la diferencia de lo mental y lo computacional, se complementará dicho tema, pero ahora describiendo lo característico de cada ámbito. Teniendo presente lo anterior, se procederá a desarrollar lo propuesto en los siguientes ítems: I. Lo característico del ámbito computacional y su influencia sintáctica; II. Lo característico del ámbito mental y su influencia semántica.


I. Lo característico del ámbito tecnológico y su influencia sintáctica


La tecnología, en el ámbito computacional, se caracteriza por su procesamiento de la información de manera formal, como se puede evidenciar en la simbología que se presenta en los computadores y en otros artefactos tecnológicos, es decir, en los computadores existen símbolos que tienen una significación concreta, la cual permite realizar procesamientos determinados. Si revisamos la configuración de un programa computacional, nos daremos cuenta de que están programados de manera concisa y mecánica con el fin de realizar procesos netamente sintácticos, por ejemplo, “el mismo tipo de hardware, si se diseña apropiadamente, puede usarse para pasar un rango indefinido de programas diferentes. Y uno, y el mismo programa puede ser pasado en un rango indefinido de diferentes tipos de hardware(Searle, J. 1984, p. 36). De ahí que lo característico del ámbito tecnológico es la aplicabilidad de símbolos formales en situaciones específicas, pues lo computacional “se define en su capacidad de llevar a cabo programas. Y esos programas son especificables de manera puramente formal -esto es, no tienen contenido semántico” (Ibíd. 39).


I. Lo característico del ámbito mental y su influencia semántica


Se puede afirmar que la mente es más compleja que la tecnología y sus programas. “Esto es, incluso si mis pensamientos se me presentan en cadenas de símbolos tiene que haber más que las cadenas abstractas, puesto que las cadenas por sí mismas no pueden tener significado alguno” (Ibíd. 37). En este caso, la mente sí produce significados sobre algo o algún suceso determinado, pero se produce de manera consciente, en otras palabras, la mente tiene más que procesos sintácticos, tiene procesos semánticos que hacen de la mente poseedora de contenidos que no se quedan en los dígitos y en los procesos. En este sentido, no solamente “comprender un lenguaje, o ciertamente, tener estados mentales, incluye algo más que tener un puñado de símbolos formales. Incluye tener una interpretación o un significado agregado a esos símbolos” (Ibíd. 39).


Hay que mencionar, además, que dependiendo de los términos utilizados puede existir cierta semejanza entre los conceptos cerebro-mente y máquina-artefacto; en este caso, el autor hace uso de la siguiente pregunta: “¿puede pensar una máquina?” (Ibíd. 41) Para poder así introducir el tema de lo mental, pues dependiendo de esta pregunta se pueden llegar a considerar semejantes estos dos conceptos desde un sentido trivial del asunto, es decir, desde un aspecto que es poco probable. Con lo cual se puede inferir que de cierto modo el hombre es una máquina y podemos pensarnos también como una máquina, pero no como cualquiera, sino precisamente como una biológica que lleva a cabo procesos orgánicos; solo en este sentido trivial del ejemplo, el aparato tecnológico podría pensar. Dicho de otra manera, “si se pudiese construir una máquina que tuviese la misma estructura que un ser humano entonces esa máquina sería capaz de pensar” (Ibíd. 41)[1].



Bibliografía:

• Searle, J. “¿pueden los computadores pensar?” en: Mentes, Cerebros y Ciencia. Traducción de Luis Valdés, Ediciones Cátedra, S. A., Madrid España, 1984.



[1] Esta sería la segunda parte de esta serie en torno al tema de lo mental y lo computacional propuesto por el autor estadounidense John Searle.

Comments


bottom of page