¿La lucha de las mujeres ya llegó a su fin?
- Jefferson Andrey Bustos Prieto
- 12 mar 2023
- 3 Min. de lectura
Mientras compartíamos un rato en una conversación muy agradable con unos buenos amigos, alguno de ellos sugirió el tema del feminismo a propósito de la conmemoración del día de las mujeres. Fue así que se dio un debate de unos pocos minutos en el cual algunos expusimos nuestras posturas frente a la lucha histórica de las mujeres por sus derechos y por visibilizar su fundamental participación en todos los escenarios y sucesos de la historia.
Luego pasamos a debatir de una forma más seria el desarrollo, desde nuestra perspectiva, de lo que hemos podido ver en el movimiento feminista de la actualidad. En medio de la charla alguien lanzó una pregunta que no pude responder en aquel instante, pero que quedó resonando fuertemente en mi cabeza durante toda esa noche y parte del día siguiente. La cuestión fue: “¿Qué más poder buscan las mujeres si ya lo tienen? Ya pueden trabajar en lo que quieran, ya pueden hacer lo que les gusta. Incluso ya tienen el poder, ahí está nuestra vicepresidenta Francia Márquez”. En el momento en el que escuché esto sabía que no estaba de acuerdo con aquella postura, sin embargo, no me sentí con los argumentos claros para presentar oposición en ese instante.
Ahora bien, luego de reflexionar, puedo estar de acuerdo en que sí ha sido un avance, en cierto sentido, el que las mujeres puedan acceder a algunos aspectos de la vida social, política y económica que les eran negados anteriormente. También estoy de acuerdo en que es un gran avance no sólo para la política sino para la sociedad el hecho de que una mujer, afro, trabajadora, lideresa, etc. pueda ser la vicepresidenta de Colombia. Es un paso enorme en la lucha contra la normalización de la exclusión y el machismo. Pero no puedo estar de acuerdo en decir que el poder se ha alcanzado por el hecho de tener la posibilidad de ejercer una carrera o de ocupar un cargo. No. La lucha, a mi modo de ver, no puede encerrarse en objetivos tan banales y hasta capitalistas.
Las mujeres (no La Mujer como término universal y abstracto) aún tienen mucho por lo que luchar. Hay cosas que aún no pueden las mujeres - creo que por ahí va la lucha incansable que ellas sostienen – como salir a la calle con la camisa, la chaqueta, la falda, el pantalón, etc. que quieran sin que se les estigmatice por ello, sin que se les convierta en objeto de morbo; las mujeres no pueden todavía salir a la calle sin el temor de ser abusadas, asesinadas o perseguidas por la voracidad de algunos hombres que han convertido la figura del cuerpo feminizado en un objeto al servicio de su hambre irracional; y las mujeres tampoco pueden aún levantar su voz sin que se les estigmatice como feminazis y otros términos que ni siquiera vale la pena traer aquí.
Entonces, sí, las mujeres aún deben continuar con la lucha para hacer valer su dignidad en medio de una sociedad patriarcal, machista, excluyente y que todo lo estigmatiza. Las mujeres deben seguir luchando y abriéndonos los ojos frente a la “normalización” de prácticas machistas que tenemos en nuestras acciones y en nuestro discurso. Ahora bien, quiero dejar estas preguntas para la reflexión de las personas que leen este texto: ¿Cuál es, pues, el papel de los hombres en la lucha de las mujeres? ¿Seremos simplemente espectadores?
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