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“Me liberé de la bruja”: la misoginia en algunas obras musicales de la salsa puertorriqueña

Introducción

Por medio del presente texto se pretende mostrar cómo está presente la misoginia en algunas obras musicales del genero tropical de la salsa. Para este cometido, se pretende tomar el siguiente itinerario: primero, se hará una contextualización de la historia de la salsa y de las dos orquestas que serán el centro de atención en este trabajo; segundo, se presentará de forma sucinta el problema de la misoginia y su relación con este género musical; tercero, se tomarán los textos de dos canciones tituladas Tres Cosas y Me liberé, para luego realizar un análisis de las mismas, continuamente, se tomará la referencia bibliográfica de “El Calibán y la Bruja” (2010) de Silvia Federici, con el ánimo de mostrar cómo en estos dos textos musicales se ve a las mujeres como subordinadas a un sistema patriarcal, además, de evidenciar, que se les ve como punto de partida de la “maldad”; cuarto, se enunciará el concepto de “aparatos ideológicos” propuesto por Louis Althusser para mostrar cómo estas ideas son difundidas por este género musical caribeño. El objetivo último de este texto consiste en evidenciar cómo la misoginia esta presente en nuestra cultura, y se difunde por medio de dispositivos tan comunes como la música.


Contextualización

Expresiones culturales como la música son dispositivos por medio de los cuales las ideas, ideologías, y hasta costumbres se difunden en la cotidianidad. Es posible encontrar diferentes tipos de trasfondos epistémicos escondidos en los dulces versos de las melodías que llegan a nuestro oído. En el caso de la industria salsera, una de las más importantes en lo que conocemos como Latinoamérica, no es la excepción. La salsa se ha hecho heredera de diferentes cualidades en términos de ritmos, melodías y timbres de voz, que le otorgan el privilegio de ser una de las expresiones musicales más completas. Sin embargo, por medio de ella también se difunden ideas como la facilidad de las cosas, la despreocupación por las responsabilidades o incluso la pasión por los juegos de azar. Junto a estas ideas mencionadas, también se puede apreciar la misoginia y subordinación de las mujeres a los hombres. A partir de esto último se podría plantear la pregunta: ¿cómo está presente la misoginia en algunas obras musicales de la cultura salsera? Para lograr responder este interrogante, se tomará como punto de partida dos canciones altamente reconocidas en la industria musical de la salsa, a saber: Tres cosas (1997) de Jesús “Chu” Linares y su Orquesta; y Me liberé (2001) del Gran Combo de Puerto Rico dirigido por Rafael Ithier.


Hecha evidente esta situación, se hace menester presentar en qué condiciones contextuales se presentan las obras musicales arriba enunciadas. La salsa, como la conocemos, remonta sus orígenes a un barrio hispano de Nueva York, llamado “Spanish Harlem” . En donde a raíz de la migración de cubanos y puertorriqueños, que traían consigo sus tradiciones y culturas, se adentraron a una que no era la propia. Los migrantes que llegaron a la Gran ciudad llevaban en sus raíces su cultura musical afrocaribeña, la cual en la medida del tiempo se fue transformando en diferentes expresiones rítmicas, enriquecidos con ritmos musicales que traían consigo como el montuno, el chachachá, el guaguancó, el bolero o el son cubano. En ese orden de ideas, y por la creatividad de los intérpretes, se fueron uniendo todo este abanico de ritmos, lo que dio como resultado el nacimiento de la salsa que conocemos como neoyorquina. Ésta con sus raíces africanas y latinas, combinada con los instrumentos propios de la música estadounidense se expandieron a lo largo y ancho del continente, creando una cultura musical propia. Si se quisiera puntualizar una fecha específica en la cual esta nueva forma musical tiene su inicio, se haría necesario remontarse hasta los años 60’s, particularmente con Rafael Cortijo y su orquesta . Bajo esta influencia de la salsa se fueron dando diferentes tipos o expresiones de ella. Salsa cubana, puertorriqueña o caleña dan fe de ello; pero también la salsa erótica, romántica o brava develan estos cambios. De ahí que, con la base sonora salsera, pero con variaciones de tiempos o instrumentos, enriquecieron dicha industria. Buscando hacerle justicia de algún modo a este género, cabe indicar que su nacimiento se da a partir de una lucha de resistencia frente a los nuevos paradigmas de la llamada Capital del Mundo. En este texto se pretende centrar precisamente en la salsa puertorriqueña, la cual ha sido una de las más influyentes del siglo pasado, y en donde se enmarcan la Orquesta de Jesús “Chu” Linares y El Gran Combo de Puerto Rico.


Frente a la Orquesta de “Chu” Linares es realmente nula la información que se puede encontrar en la web, sin embargo, se puede aclarar que el tema musical que se pretende analizar en este texto fue publicado en el Long Play (LP) Stereo 1151, bajo el sello de Fonseca Records, en el año 1975, Puerto Rico. Este dato nos permite ubicar la pieza musical en un contexto en el cual, el avance de las luchas feministas no tenía el mismo alcance que en la actualidad. Por otro lado, la agrupación El Gran Combo de Puerto Rico remonta su fundación al 26 de mayo de 1962, cuando el furor de la salsa estaba en su apogeo. Luego de la separación de Rafael Ithier de la Orquesta de Rafel Cortijo, empieza un nuevo grupo salsero que extenderá sus funciones hasta el día de hoy: “Distinto a otras orquestas salseras, en particular las surgidas en Nueva York desde finales de la década de 1960, nuestros denominados “Mulatos del Sabor” siempre han protegido su timbre musical de innovaciones y experimentos complejos, salvaguardando el sonido propio, sencillo y cadencioso que le ha caracterizado desde su fundación” .


El problema de la misoginia

Para darle un marco teórico al presente texto se pretende enunciar el problema de la misoginia en el contexto actual. Según Rubí Ruiz Romero “La violencia de género o hacia las mujeres no es un tema reciente. Sin embargo, hasta hace algunos años comenzó el reconocimiento del maltrato a la mujer, y se definió como violencia de género, este asunto se ha empezado a introducir en la conciencia social a nivel mundial” . A partir del enunciado de Ruiz, se clarifica una problemática que se encuentra patente de igual forma en nuestra sociedad colombiana. Ciertamente, Colombia también ha sido víctima, entre otras cosas, de la misoginia y el maltrato a la mujer. Basta ver con las cifras presentadas por diferentes diarios nacionales para constatar el número elevado de caso de maltrato y ultrajes dirigidos hacia las mujeres. Sin embargo, cabe la pregunta: ¿qué es eso a lo que se le llama misoginia? El diccionario de la Real Academia Española define este término como “aversión a las mujeres”. Y es curioso que en el Diccionario de Filosofía de José Ferrater Mora no se haga ninguna alusión a este término. Esto último, da pie para deducir que en el contexto filosófico el problema de la misoginia ha sido simplemente velado por las prácticas patriarcales y de subordinación en las cuales se ha encerrado a las mujeres. Esta aversión a las mujeres se ve reflejada en la exclusión de las mujeres en los ámbitos académicos, científicos y sociales, reduciéndolas al ámbito privado y del cuidado doméstico , condenándolas así a un espacio reducido de acción; bajo unos parámetros morales y religiosos.


De este mismo modo, se puede apreciar en la industria salsera una práctica misógina frente a los contenidos líricos y a la actuación de las mujeres en las diferentes agrupaciones:

La música, especialmente en sus formas más populares, no ha sido ajena a entrar en el discurso de la violencia contra las mujeres. Lo ha hecho, es su aspecto más positivo, mostrando el problema en unos casos o denunciando la situación en otros y, en los casos más negativos, proyectando estereotipos que sitúan al hombre y a la mujer en posiciones sociales distintas, incluso llegando a justificar y a potenciar la aparición de esta violencia contra las mujeres .


Siguiendo la idea de Gómez y Pérez arriba enunciada, en la salsa como género musical se hacen patentes la idea de violencia contra la mujer, su subordinación al hombre, y el papel que juega como simple instrumento del patriarcado establecido. Canciones como Mala mujer (1990), Amarilla se pone (1992) y Al contrario (1980), por no mencionar más, son vivos ejemplos de la presencia de tópicos misóginos en diferentes obras salseras. En estas tres piezas musicales se puede constatar la relación de subordinación hombre-mujer, además de asumir las actitudes de las mujeres como algo que debe ser erradicado.


Tres Cosas y Me liberé

En este apartado nos centraremos en las dos obras musicales que son objeto de este texto, a saber: Tres Cosas (1997) y Me liberé (2001). Para ello, presentaremos en un primer momento las respectivas letras de las canciones; y posteriormente, sus análisis.


Tres Cosas – Jesús “Chu” Linares


Tres cosas te voy a decir

Para terminar contigo

Y quedarnos como amigos en paz y amor sin discutir

Coro

La primera, que tú no eres salsera

La rumba no te alborota y te gustan otras cosas, hechicera

La segunda, tus trucos no, no me asustan

Tus fuegos con la candela, te juro no, no me aruñan

La tercera, nunca me hagas esas cosas

Pues ya san Miguel me ayuda y ese todo lo rebota


Magia negra conmigo no se buscará

Tu magia negra hechicera tu magia negra embustera se va

Magia negra conmigo no se buscará

Solo tres cosas te voy a decir: la primera, la segunda y la tercera

Magia negra conmigo no se buscará

Porque no eres salsera la rumba no te alborota

Magia negra conmigo no se buscará

Hay no, no, no me diga que tu conmigo no puedes estar

Magia negra conmigo no se buscará

No me importa que sea negra, amarilla, colorada, tu magia conmigo no va

Magia negra conmigo no se buscará

Magia negra conmigo no se buscará

Cuantas veces te estuve diciendo que dejaras esas cosas

No seas caprichosa

Magia negra conmigo no se buscará

Por más que trates, por más que quieras

En vez de brujas negronas, yo tengo a Changó y a Yemayá

Magia negra conmigo no se buscara

Tu magia negra hechicera

Tu magia conmigo no va

Magia negra conmigo no se buscará

Si te estoy diciendo que me saques esas cosas malas

que no me gustan no seas malvada

Magia negra conmigo no se buscará

Sácatelas anda, pero enseguida oye no te portes mal

Magia negra conmigo no se buscará

Si a la hora de la verdad tu magia negra hasta un borracho la canta lalalala

Magia negra conmigo no se buscará

Pero que brujas conmigo te digo que no

Primero segundo y tercero siempre seré yo.


Me liberé – El Gran Combo de Puerto Rico


Me liberé, me liberé

Gracias a Dios, me liberé

Me liberé, me liberé

Gracias al cielo, me liberé

Me liberé de mujeres perversas que quieren hacer mi vida de cuadritos

Me liberé de chicas sin escrúpulos, me liberé de Olga y Socorrito

Me liberé de Nancy, de Rebeca, de Olga, Damaris, Celia y de Gissel

Me liberé también de Raquel

Gracias a Dios, me liberé

Me liberé de Mariela y de Fe

Gracias al cielo, me liberé

Me liberé de mujeres perversas que quieren hacer mi vida de cuadritos

Me liberé de chicas sin escrúpulos me liberé de Olga y Socorrito

Me liberé de Nancy, de Rebeca, de Olga, Damaris, Celia y de Gissel

Me liberé también de Raquel

Gracias a Dios, me liberé

Me liberé de Mariela y de Fe

Gracias al cielo, me liberé

Todas me insultaban, me decían: mujeriego, no te dejaré vivir en paz

Donde quiera que te encuentre te la formo

Y no sé por qué será

Pero que todas me insultaban, me decían: mujeriego, no te dejaré vivir en paz

Donde quiera que te encuentre te la formo

Y yo me pregunto, y yo no me explico

¿Qué razón ellas tendrán?

Por eso lo tuve que hacer

Me liberé, me liberé

Gracias a Dios, me liberé

Me liberé, me liberé

Gracias al cielo, me liberé

Fueron tantas las presiones que me puse los patines

Me puse en bolina y tuve que correr

Mujeres egoístas, me querían solo para ellas

Para ellas nada más y así no puede ser

Recuerdo a mi madre cuando les decía

"Bendito, si él es un muchacho bueno, si ese es un hombre de bien"

A toditas les quiero decir que el amor hay que compartirlo

Y si no: I'm sorry, goodbye my girl

Libre yo soy (me liberé)

(Me liberé)

Y no me debo a nadie (me liberé)

(Me liberé)

De sombras y de ese olvido ya yo no quiero saber

(Más complicaciones yo no quiero, ¿para qué?)

Ahora soy libre, sin problema, buena vida me daré

Sí, yo (me liberé, me liberé)

Me liberé (me liberé, me liberé)

Sí, yo (me liberé, me liberé)

Me liberé (me liberé, me liberé)

Yo no quiero que me digan lo que yo tengo que hacer

(Más complicaciones yo no quiero, ¿para qué?)

Que yo no quiero cantaleta, de todo yo me cansé

Sí, yo (me liberé, me liberé)

Me liberé (me liberé, me liberé)

Sí, yo (me liberé, me liberé)

Me liberé (me liberé, me liberé)

Sí, me siento bien

Me liberé

Me liberé

Pregúntale a Julito, o a Ithier

Me liberé

Me liberé.



Para llevar a cabo el análisis de las respectivas letras musicales, se tomará exclusivamente un apartado de cada una de las mismas, pues analizarlas en su totalidad requeriría una mayor extensión escrita, lo cual no busca este contenido. El primer texto que se tomará es el coro de la canción de Linares, que reza:


La primera, que tú no eres salsera

La rumba no te alborota y te gustan otras cosas, hechicera

La segunda, tus trucos no, no me asustan

Tus fuegos con la candela, te juro no, no me aruñan

La tercera, nunca me hagas esas cosas

Pues ya san Miguel me ayuda y ese todo lo rebota


En este primer texto se puede dilucidar el sustento del resto de la canción. Pues a raíz seguramente de una situación que vivió el emisor con alguna mujer, procede a alejarse de ella. Esto a primera vista no implica ningún problema, sin embargo, en el momento en que se impone una decisión conlleva a la anulación del juicio de valor del otro. En ese orden de ideas, la voz y el juicio de las mujeres, en este caso, son anuladas e invisibilizadas, pues no tienen la posibilidad de dar una réplica frente a lo dicho. Ahora bien, el motivo de esta separación se da específicamente por dos motivos: el desagrado por la salsa y la práctica de la “hechicería”. Este punto conlleva a inferir que, quienes no asumen el modelo cultural puesto por la salsa, entonces debe ser apartado. A razón de esto, se estaría validando la intolerancia frente a la diferencia y a la exclusión de una comunidad social. En tanto a la práctica de la “hechicería”, habría que ver de fondo en qué consiste dicha práctica. Es comúnmente sabido que en los países afrocaribeños constantemente se tiene relación con la santería, de ahí se podría preguntar ¿a qué se refiere el sonero con esta expresión? Y cabría otro cuestionamiento, ¿si le gustara la salsa, se le aceptaría la práctica arriba mencionada? Esto resulta paradójico pues líneas más adelante en la misma letra, el sonero hace mención de Changó y Yemayá, ambas figuras preponderantes de la santería. Dado lo anterior, se podría inducir que el problema no radica en las prácticas de las mujeres, sino en la no aceptación del modelo cultural salsero, que se ha ido dilucidando como patriarcal. En este punto se podría afirmar que la mujer a la que en la canción se le llama “hechicera”, podría tener el equivalente de la “bruja”. ¿Por qué esta relación sinonímica? Se parte de dos hechos ya enunciados: primero, que la mujer está siendo excluida de un conjunto cultural; segundo, que la razón de dicha exclusión es por su práctica-conocimiento de algo desconocido. De estos presupuestos, se puede indicar que la hechicera se encuentra en una resistencia constante bajo unas directrices patriarcales impuestas. Para Silvia Federici la bruja era “la hereje, la curandera, la esposa desobediente, la mujer que se anima a vivir sola, la mujer obeah que envenenaba la comida del amo e inspiraba a los esclavos a rebelarse” . De modo que, bajo esta perspectiva se hace una transvaloración de lo que se aprecia en el texto. Ya no es el hombre el que sufre las inclemencias de una mujer, sino una mujer que se encuentra resistiendo a un sistema infundado.


Continuando con la segunda parte del texto de Linares, se ve que el hombre tiene cierta inmunidad frente a las prácticas de la mujer. Esto por sí solo ya habla de la superioridad que se le atribuye al hombre y la inferioridad natural de las mujeres en este marco cultural. En consonancia, sólo el hombre podría ser capaz de hacerle daño al mismo hombre, pues la mujer al ser inferior no tendría ni los medios ni las capacidades para infringir daño alguno. Junto a lo anteriormente mencionado, existe otro motivo por el cual el hombre se ve eximido del supuesto daño que le podría infringir la mujer, a saber: el sustento religioso. En la canción se presenta como garante de la seguridad del hombre a San Miguel: un arcángel y, aunque a estos en la tradición cristiana no se les asigna ni sexo ni género, sí se les adjudica una forma de socialización, la de un hombre; además, de ser presentado según el modelo europeo. Ciertamente, la figura de San Miguel no representaría un mayor perjuicio frente a la mujer, el punto radica en la instrumentalización que se hace de él. En la cultura judeocristiana, San Miguel es el protector del pueblo, en una lucha contra Satanás. Son varios los textos bíblicos en los que se da dicha disputa; como ejemplo se trae a colación el pasaje del libro del Apocalipsis 12, en el que Miguel lucha contra el Dragón para salvar a la mujer que éste está buscando para aniquilarla, y evitar el nacimiento de su hijo. Bajo esta perspectiva conciben a San Miguel las tradiciones hebreas y cristianas. Sin embargo, en el texto de Linares no se evidencia esta concepción. Aquí se está contraponiendo a San Miguel con la mujer misma, y en ese orden de ideas, esto implica verla como un “demonio”. En consecuencia, atribuirle esa condición a la mujer implicaría asumirla como el origen del mal, pues en estas tradiciones abrahámicas, el demonio o Satanás son el origen de toda maldad (Génesis 3, 1ss). Mas el problema que esconde de fondo esta letra musical va un poco más allá. Como se ha mencionado, San Miguel es el guerrero por excelencia contra Satanás, esto implica una lucha a muerte o hasta la desaparición de lo otro. En ese orden de ideas, se podría deducir que la relación Miguel-Mujer sugiere que, dada su condición de hombre y superior, aniquile a la mujer que es concebida como inferior. De ahí que también se pueda inferir la justificación de la violencia contra las mujeres, a razón de una diferencia ontológica. Para Federici esta violencia ejercida está dada en la razón según la cual, el hombre pretende mantener una hegemonía de poder sobre el cuerpo de las mujeres, con lo que pueda sacar el mejor provecho para el patriarcado ; además, se puede afirmar que, cuando el hombre patriarcal no tiene posesión del cuerpo de la mujer, entonces procede a anularlo.


Continuando con el segundo texto musical que convoca en este escrito, tomaremos el segmento de la primera estrofa de esta:


Me liberé de mujeres perversas que quieren hacer mi vida de cuadritos

Me liberé de chicas sin escrúpulos me liberé de Olga y Socorrito

Me liberé de Nancy, de Rebeca, de Olga, Damaris, Celia y de Gissel

Me liberé también de Raquel

Gracias a Dios, me liberé

Me liberé de Mariela y de Fe

Gracias al cielo, me liberé

Todas me insultaban, me decían: mujeriego, no te dejaré vivir en paz

Donde quiera que te encuentre te la formo

Y no sé por qué será

Y yo me pregunto, y yo no me explico

¿Qué razón ellas tendrán?


Este segundo apartado lírico resulta ser un poco más evidente que el texto anteriormente tomado. Pues de manera directa da su punto de vista y su posición de frente a la mujer. El contexto de la canción da entender que el hombre está sufriendo a razón de las mujeres que tiene cerca. Según esto, implica que el hombre es la víctima y la mujer, la victimaria. ¿Pero en qué sentido sería el hombre víctima y la mujer victimaria? El texto expresa que el hombre es víctima en el sentido de que recibe constantes reproches por parte de la mujer, esto a razón de querer “compartir” con otras mujeres. La mujer es victimaria en la medida en que le hace la vida cuadritos al hombre, vive sin escrúpulos, y le insulta. Sin embargo, ¿esto refleja tal cual la realidad? Fácilmente queda evidenciado cómo existe una transvaloración de estas dos realidades. Las mujeres no son las victimarias, sino las victimas de prácticas misóginas y sexualistas, en las que los hombres patriarcales las quieren inducir. Las mujeres que se mencionan en la canción, como simples números de una lista, se encuentran realmente en una resistencia frente a los paradigmas machistas. Empero, en el trasfondo teórico de este son salsero se haya una idea similar que enunciamos líneas arriba: la apelación a una realidad religiosa. En el texto se expresa “Gracias a Dios, me liberé”. De esta corta expresión se puede deducir lo siguiente: primero, Dios o la divinidad permite que el hombre pueda hacer uso indiscriminado de su sexo para tener un usufructo del cuerpo de las mujeres; segundo, que ha sido este Ente sobrenatural quien le ha librado del sufrimiento que la mujer le ha efectuado al hombre; tercero, que le seguirá librando frente a otras situaciones como esta. Esto ya implica una serie de prácticas patriarcales y machistas, que se trasladan desde lo religioso a lo social. Sin embargo, en este texto musical se está partiendo del supuesto que en el ámbito religioso judeocristiano se permite la promiscuidad por parte del hombre, caso que es totalmente errado. Con esto no se pretende negar que esta religiosidad puntual ha tenido otras prácticas patriarcales, sino evidenciar que esta no ha sido una de las avaladas. Como ejemplo de esto se tiene diversos textos bíblicos que sustentan lo anterior: Levítico 20, 8 – 15; Mateo 19, 6. En ambos textos bíblicos se prohíbe la disolución del matrimonio religioso y el rechazo a la promiscuidad, y la condena por ésta; pero estas leyes morales no sólo son aplicadas a las mujeres, sino también, y de igual forma a los hombres. De ahí pues, que es errado el supuesto de que ese Dios al cual se dirige le permite el ser “mujeriego”, y que además le libra; es en cambio, todo lo contrario. De lo anterior se evidencia una contradicción en términos lógicos, que anula el primer supuesto que se ha asumido. En ese orden de ideas, se anula también la visión que se tiene de la mujer como victimaria, y en cambio, se presenta como víctima de una práctica patriarcal, que realmente no tiene un sustento religioso ni moral. Desde esta perspectiva que se presenta no se asume al hombre patriarcal como el inocente, ya no puede preguntar “¿Qué razón ellas tendrán?”, sino que se le insta a asumir su responsabilidad frente a relaciones de opresión e instrumentalización en las cuales ha sumergido a la mujer. Siguiendo a Federici, se evidencia que


“(…)Las diferencias ideológicas, han llegado a la conclusión de que la categorización jerárquica de las facultades humanas y la identificación de las mujeres con una concepción degradada de la realidad corporal ha sido históricamente instrumental a la consolidación del poder patriarcal y a la explotación masculina del trabajo femenino” .


Este problema ideológico que se presenta en el análisis de la letra musical, y la denuncia de Federici, ponen de manifiesto el peligro de la difusión de dichas ideas patriarcales y misóginas, que reducen a las mujeres a un estado ontológico inferior, además, que se avala la violencia contra ellas. Esto bajo unos supuestos morales que, en el fondo, no avalan dichas prácticas. Sería importante preguntarse, ¿cómo erradicar estas prácticas misóginas en las que se reduce a la mujer exclusivamente al cuerpo, y de ahí se valida su maltrato y violencia? Este cuestionamiento simplemente queda planteado para otro trabajo escrito, pues el presente no lo tiene como objetivo.


El problema de la difusión de las ideas misóginas por medio de dispositivos musicales

Como ya se ha mencionado, la misoginia, el maltrato y la violencia contra las mujeres está presente constantemente en nuestro contexto sociocultural. A juicio propio, se considera que esto presenta dos problemas, a saber: la difusión de dichos “principios”, y la omisión de estos. La música, dada su gran estima y apreciación se convierten en dispositivos propicios para la difusión de diferentes ideologías o ideas. Sería un desacierto afirmar que toda ideología que se difunde por medio de la música tiene una carga negativa, pues son muchos los ejemplos que muestran lo contrario, verbigracia, la música que se presenta como protesta o resistencia. En cierta medida, la salsa comienza su hegemonía cultural haciendo una resistencia frente a los modelos impuestos a raíz de la migración y del cambio social que vivieron los migrantes puertorriqueños y cubanos al llegar a EE. UU. Empero, esto no la eximió de orquestar una forma diferente de opresión, en donde la resistencia se convirtió en opresión. Ahora bien, a raíz de la misma aceptación que posee este género musical, se permite también la obnubilación de dichas ideologías que se presentan, y que pueden desembocar en diversas prácticas patriarcales y opresoras con relación a las mujeres. Por su gran alcance, es capaz de llegar desde los más pequeños a los más grandes. Esto supone un problema que radica en ¿cómo erradicar esta forma de expresión cultural y de resistencia esta forma de pensamiento misógino? Realmente, este cometido implicaría un cambio de paradigma , en este caso, de tipo social.


En consecución con lo anterior, se podría afirmar que, siguiendo a Louis Althusser, la salsa es un aparato ideológico del Estado . Ciertamente, la salsa como tal no representa una institución social, sin embargo, la industria salsera sí lo representa. En ese orden de ideas, la industria salsera estaría equiparada con la escuela, la Iglesia, y otras instituciones que, aunque no poseen una injerencia directa en el aparato del Estado, sí propenden a la difusión de ideologías de diversas índoles. En este sentido, la industria salsera cumple el papel de difusora, por lo menos en los casos analizados, de ideas misóginas y de violencia contra las mujeres. En este punto cabe la pregunta: ¿cómo eliminar dicha difusión de ideas? Aunque la pregunta es ambiciosa, se podría considerar que el primer paso consiste en develar las realidades ideológicas que se difunden por medio de la música, en este caso de la salsa. En un segundo paso, se haría necesario reestructurar el modelo educación que, sin lugar a duda, sigue siendo patriarcal, de modo que se fomenten prácticas sanas de respeto y reconocimiento de la alteridad, no como algo inferior o subordinado, sino como un igual. Este es un problema que se debe seguir reflexionando.


Bibliografía y cibergrafía

• Althusser, Louis. Ideologías y aparatos ideológicos del Estado. Traducido por Alberto J. Pla. Letra e. Colección Fichas n° 34. Buenos Aires, 1974.

• El Gran Combo de Puerto Rico. “Biografía del Gran Combo de Puerto Rico”. Institucional, el 10 de noviembre de 2022. https://www.elgrancombodepuertorico.com/biografia.

• Federici, Silvia. Calibán y la bruja: Mujeres, cuerpo y acumulación primitiva. Traducido por Verónica Hendel y Silvia Federici. Historia 9. Madrid: Traficantes de Sueños, 2010.

• Gómez Escarda, María, y Rubén Pérez Redondo. “La violencia contra las mujeres en la música: Una aproximación metodológica”. Methaodos. Revista De Ciencias Sociales, 4, núm. 1 (2016): 189–96.

• Kuhn, Thomas. “¿Qué son las revoluciones científicas?” En La estructura de las revoluciones científicas. Madrid: FCE, 2000.

• Dance Emotion. “La salsa puertorriqueña - Características y pasos esenciales”. Blog, el 10 de noviembre de 2022. https://dancemotion.es/la-salsa-puertorriquena-caracteristicas-y-pasos-esenciales/#:~:text=La%20salsa%20puertorrique%C3%B1a%20comenz%C3%B3%20a,de%20la%20historia%20del%20pa%C3%ADs.

• El Corte inglés. “Origen y evolución de la salsa como baile”, el 26 de octubre de 2022. https://www.elcorteingles.es/entradas/blog/origen-salsa/.

• Ruiz Romero, Rubí. “‘Y arriba las mujeres, pa’ que se cansen ellas...’ La misoginia en la música grupera: análisis del discurso lingüístico y de la recepción de las canciones.” Trabajo recepcional para obtener el título de Licenciada en Comunicación Cultural, Universidad Autónoma de México, 2014.



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