top of page

La piña prejuiciosa

Hace unos cuantos días salió a luz un vídeo en el cual Fray Fernando Piña, sacerdote de la basílica de Chiquinquirá, compara a los paisas con la serpiente del relato bíblico del Génesis. El sacerdote se encontraba predicando la Eucaristía dominical, y como es costumbre en el lugar, había una gran afluencia de personas. El motivo del discurso se enmarcaba en las tentaciones y en el pecado mismo, como una forma de presentarse como algo bueno, cuando por el contrario para el creyente cristiano es algo que lo aleja de su relación con Dios. Bajo estos parámetros el sacerdote afirma que los paisas son capaces de vender el pecado como algo bondadoso; y que en Medellín se encuentra el foco de los mejores estudios Webcam, el narcotráfico tiene un epicentro y las trabajadoras sexuales están en su auge: palabras prejuiciosas.


Al finalizar el rito litúrgico, se le acercan a Fray Piña un grupo de peregrinos antioqueños que habían llegado al lugar en busca de encontrarse con Dios, y que por el contrario encontraron una sátira y una ofensa para ellos y su cultura. Piña, como para mejorar el asunto afirmó también que en Medellín se encontraban los mejores santos y católicos: “Me les quito el sombrero”, dijo; sin embargo, la ofensa estaba ya hecha. “Hemos venido desde lejos con el fin de encontrar una acogida, y lo que hemos recibido es una ofensa” afirmó uno de los peregrinos paisas que se encontraban en el lugar. A lo cual, el sacerdote no tomó una actitud de disculpa, sino que continuó sosteniendo la hipótesis arriba mencionada.


A mi parecer, esto solamente muestra el grado de prejuicios bajo los cuales nos seguimos moviendo. Estos discursos con expresiones como: Metrallo, la ciudad de la eterna balacera, entre otras, lo único que hacen es abrir una herida que ha intentado cerrarse por mucho tiempo, y que no solo afecta a la cultura antioqueña sino a todo nuestro país. Colombia sigue cargando con la cruz de la estigmatización por el narcotráfico, y este tipo de palabras, de forma performativa, lo único que hacen es afirmar dicha realidad.


¿Acaso solo en Medellín se ven problemáticas como el microtráfico, la prostitución y la drogadicción? ¿Acaso solo los paisas tienen problemas en términos sociales? No señor, permítanme recordarle a Piña que esa realidad se ve en todo el territorio nacional, y el punto no está en invisibilizarla, sino en generar políticas públicas para superarlas. En este punto alguien me podría decir: Pero él solamente dijo la verdad, es la realidad nuestra, les duelen que les digan las cosas. Frente a lo cual mi respuesta no va orienta a negar que como país tenemos estos problemas, el punto al cual quiero ir es que no podemos seguir estigmatizando a una región que, por mucho, le da ejemplo al resto del país por su progreso económico y social. Sí, en la historia paisa pesa la figura de Escobar, sin embargo, esto no es motivo para seguir atizonando el fuego, sino para cambiar dicha imagen que en últimas cargamos todos.


Además, con todo el respeto que Fray Fernando se merece, permítame decirle una cosa: el púlpito está para hablar del amor de Dios, no para seguir condenando a los fieles que ya llevan a cuestas una carga bastante pesada con un país desigual. El fiel cristiano no va a celebrar un rito litúrgico para que le recuerden los errores de su cultura ni de su pasado. El fiel cristiano va para escuchar una palabra de misericordia que le ayude a cambiar su vida, que le ayude a, precisamente, cambiar esos lastres con los cuales caminan. Ahí está la diferencia, si Fray Piña quería denunciar estas situaciones, podía haber tomado un rumbo diferente en su predicación: invitar por medio del amor de Dios a transformar nuestras realidades socioculturales; y para esto no tenía necesidad de estigmatizar a ningún pueblo. A Piña le digo nuevamente: usted es fraile y sacerdote para consolar al pueblo de Dios como lo recuerda la carta encíclica Alegraos, no para poner un hierro hirviendo en una llega que poco a poco va cerrando. Si su discurso es de odio, mejor guárdese en el silencio y en lo escondido como lo recuerda el Evangelio.


댓글


bottom of page