top of page

La educación, una potencia para la cultura

La educación, en el aspecto que se quiere proponer, según el respectivo informe de Colombia al filo de la Oportunidad, representa algo fundamental, pues demarca el horizonte de toda una nación, ya que el avance de la educación determina el avance sociocultural y socioeconómico de un país. Además, “[l]a educación es el instrumento más poderoso que ha desarrollado la humanidad para la construcción social, para el desarrollo del individuo, para la elaboración de políticas viables, la consolidación de sociedades gobernables, la solución de problemas materiales y el desarrollo material y social” (Valdés, E; Chaparro, L; García, G; Gutiérrez, R; Llinás, R; Palacios, M; Patarroyo, M; Posada, E; Restrepo, A; Vasco, C. 1996, p. 59), Eso en cuanto al ideal al cual se aspira en la educación.


En este caso, la realidad educativa de Colombia es totalmente distinta, sí; en teoría se pretende prestar una educación rica en modelos pedagógicos, una educación que refleje herramientas propias del constructivismo, del método cognitivo, del romántico e incluso una educación que sea capaz de aplicar el concepto de inteligencias múltiples dentro del aula. Pero en realidad la educación colombiana está cargada de una teoría que no se proyecta en la práctica, es decir, existen muchos métodos, pero nos conformamos con el método conductista de estímulo respuesta, tal como se puede evidenciar en los métodos evaluativos. Cabe resaltar, en este aspecto de la evaluación, la importancia de la reflexión que ayudará al mejoramiento de la calidad educativa:


en pocas palabras, si no reflexionamos y evaluamos nuestras evaluaciones, no es posible esperar un aumento en su calidad. Esta es la diferencia entre la práctica y la praxis, y debido al argumento anterior, la escuela debería estar centrada en la praxis y no en la práctica; es decir, en una práctica reflexionada (Zubiría, J. 2011, p. 62)


Aquí surge otro tema, a saber, la calidad, y es que muchas veces se tiende a pensar que la educación se debe centrar en porcentajes y en cantidad, es decir, se piensa que entre más conceptos teóricos se enseñen mejor va a ser la educación, lo cual no es acertado, dado que lo más importante es la calidad con la cual se impartan los contenidos teóricos. En este aspecto, aparece el currículo educativo que entrará a demarcar la manera en la cual se puede llevar a cabo un proceso educativo, o, mejor dicho, es el plan de estudio que se pretende llevar a cabo en un proceso académico. Este currículo, según el psicólogo Cesar Coll, “se define a partir de la manera particular como sean resueltas por los pedagogos cuatro preguntas: ¿Qué enseñar? ¿Cuándo enseñar? ¿Cómo enseñar? Y ¿Qué, cómo y cuándo evaluar?” (Ibid. 33).


En este caso, yo diría que la educación es la antesala de la cultura, es decir, por medio de la educación se puede llegar a determinar el nivel comportamental de una cultura. Por ejemplo, este artículo de Colombia al filo de la Oportunidad es un aporte que intenta exponer la situación actual de la sociedad colombiana y como esta influye en el accionar educativo del país. En este aspecto se podría agregar que la educación es una herramienta indispensable para la sociedad colombiana, por ende, debemos centrarnos en el desarrollo de ésta, pero no tanto como un desarrollo estadístico o teórico o cuantitativo, sino más como uno donde se puede llevar a la praxis (práctica reflexiva) las herramientas pedagógicas. En este caso, si el Estado, los directivos, los profesores y los alumnos no se vinculan en el desarrollo armonioso del proceso educativo, en donde todas las partes estén enfocadas al buen desarrollo del conocimiento, no se podrá acceder al ideal de una educación que potencie las realidades socioculturales y socioeconómicas de la nación; esto en cuanto al artículo anteriormente nombrado.


Bibliografía:

• Valdés, E; Chaparro, L; García, G; Gutiérrez, R; Llinás, R; Palacios, M; Patarroyo, M; Posada, E; Restrepo, A; Vasco, C. “Colombia: al filo de la oportunidad”, en: Consejería presidencial para el desarrollo institucional. Presidencia de la República. Editorial Tercer Mundo, Bogotá, D.C., 1996.

• Zubiría, J. “Hacia una pedagogía dialogante”, en: Los modelos pedagógicos. Editorial Magisterio, Bogotá, D.C., 1996.



Comments


bottom of page