¿De qué sirve la espera?

¿Para qué esperar un momento?

¿Para qué esperar un siglo?

¿Para qué esperar lo no vivido

Si el ahora se presenta tan claro?

La vida pasa a prisa

Las verdades que esperamos se esconden

Los amores que soñamos se difuminan

Mientras los verdaderos pasan sin ser notados

Las palabras que convencen son tan suaves

Las que construyen en cambio son más fuertes

Y nosotros, en este mundo de la espera

Gastando en ilusiones y quimeras

El leve pestañear de esta alma buena

Por eso, la espera que enfría los amores

Que desgasta las ansias vigorosas

Y reseca los cuerpos palpitantes

Hoy es la ridícula carcelera de los sueños

La que tortura las pasiones

Y mata las hogueras humeantes.

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